Quiéretelila

de mis diarios cuando a raíz de una lesión en 2018 y durante la pandemia Covid-19 tuve la oportunidad de volver a mirar, recopilar, apreciar y retomar un proceso creativo y lúdico hecho de dibujos y escritos, que llevo haciendo desde la adolescencia.
Antes de ese momento no entendía qué con todos esos cuadernos que estaban por doquier, llenos de colores, rayones y letras. Como seres que aparecían y siguen apareciendo en mis cajones, que viven en mi mesa, habitando como un desorden desgreñado.
De pronto, ante el caos que me generó la quietud obligada, comencé a juntar los dibujos diseminados sin poder imaginar cómo se ordenarían. Esa tarea que ha llevado años, la han tejido con tanto amor y paciencia mis queridos amigos Vania y Gerardo, los creadores de esta página, de este universo. Jamás sola o con alguien más hubiera podido hacerlo. Ellos son los magos.
Así, juntos vimos la necesidad de darles un orden y un hogar a estos dibujos, este hogar se llama quieretelila.
En el proceso empecé a hacer más y más dibujos, que les iba mandando, sumando yo al caos, ellos al orden, y esto que ves aquí es lo que quedó.
Gracias amigos queridos!!!!

El tiempo cambió, el ritmo cambió, todo cambió y no hubo ni habrá vuelta atrás y de alguna forma pude seguir danzando, por ejemplo por aquí. Un amigo me dijo una vez, la vida se manifiesta por todos lados, y es verdad. La vida sigue y sigue y encuentra por donde seguir.

Nunca estudié pintura ni técnicas, estudié historia del arte, hice danza por muchos años y en el inter, estudíé y aprendí muchas otras cosas apasionantes. Amo el movimiento, simple, puro, que se manifiesta dentro y fuera, que puede ser un pestañeo, un respiro que infla el pecho, una danzita espontánea, esquiar en nieve, levantar una pesa, caminar en el bosque, dormir, sobar lo adolorido, rascar, llorar, reír, sobretodo amo el movimiento de la risa, ese es de mis favoritos.